miércoles, 11 de junio de 2008

Y LA HABITACION SE LLENO DE PRIMAVERA...

"Mi habitación estaba en el último piso de un edificio en altura, tenía una pequeña entrada donde había un gran closet donde guardaba mi ropa y bolsos de viaje;al frente, estaba la puerta del baño, baño de azulejos blancos, suelo, paredes y techo. Era una sensación especial entrar a ese baño. Inodoro blanco y lavamanos blanco y sólo una ducha cromada en la pared con dos llaves empotradas. El agua salía tan caliente que había que mezclar el agua caliente con el agua fría. Entre la puerta de entrada y la entrada a la habitación había una puerta de vidrio enmarcada en madera oscura. La habitación era cuadrada y tenía una gran ventana y bajo ella un calefactor. Las paredes de la habitación tenían papel mural, bellas flores de color palo de rosa. Un sillón cama pegado a la pared y un escritorio cerca de la ventana. Más allá un estante repleto de libros y encima una planta verde, un fino helecho que llegaba casi hasta el suelo. El suelo de la habitación tenía una alfombra o cubre piso muro a muro de color gris. Un sillón delante del escritorio y dos pisos altos de madera clara. La luz estaba en el escritorio y era una lámpara con mango flexible que daba luz indirecta a la habitación cuando la volvía hacia el techo, de lo contrario iluminaba directamente los libros que estaba leyendo o el cuaderno donde escribía. Sobre el sillón cama había un gran plumón en todos cafés y rojos y cojines de colores. Una pequeña mesa junto al sillón cama donde me servía a veces café o servía te a mis amigos. O donde podíamos jugar ajedrez. Me gustaba mirar por la ventana y podía ver desde allí, los otros edificios, mucho más lejos. Los jardines y las canchas para jugar tenis o voléibol. Podía ver desde allí a los estudiantes cuando salían a sus clases. Podía verte cuando aparecías a lo lejos con tu abrigo azul oscuro y tu gorro de lana metido hasta las orejas y tu bufanda azul. Hacía mucho frío y la nieve cubría el campo. Seguía tus pasos hasta que doblabas la esquina y dejaba de verte, pero sabía que estabas entrando al edificio, luego estabas en el ascensor subiendo los doce pisos. Un rato más y sentía como golpeabas la puerta de mi habitación. El corazón me latía fuerte en el pecho. Sentía una gran alegría al abrirte la puerta, y cuando tú entrabas, la habitación se llenaba de primavera, mientras hervía el agua para el te en una jarra, la nieve caía afuera y nos esperaba un juego de ajedrez"

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