"El cielo estaba azul y unas nubes blancas flotaban en esa inmensidad que parecía alejarse hacia el infinito. El rumor de la ciudad subía como una marejada tibia. Los árboles quietos levantaban su follaje y nos daban generosa sombra mientras las hojas temblaban ligeramente empujadas por el viento. Contemplé una de mis manos que reposaba sobre la hierba blanda y mullida. Mis manos son blancas y pequeñas, de uñas cortas. Sentía que la vida entera estaba allí. De pronto apareció un mendigo que se quedó quieto mirando. Vete, vete... y el hombre desapareció.
Una cierta tristeza llenó mi corazón, sentía como si una mano oprimiese mi alma.
Y de pronto la vida penetró mi cuerpo.
La vida como un remolino llena de fuerza.... mientras yo pensaba que la vida seguía su curso inexorable.
La niña pequeña que era yo, se había alejado para siempre... una pequeña mancha de sangre quedó en mi vestido de organza verde agua.
¿Eso significada ser una mujer?".
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