viernes, 7 de septiembre de 2012


El príncipe Enrique, a su llegada a Afganistán, junto a un helicóptero Apache, el 7 de septiembre de 2012. / JOHN STILLWELL (AFP)

Tras el escándalo, Enrique se va a combatir talibanes

En apenas dos semanas, el príncipe Enrique ha pasado de protagonizarla máxima vergüenza de la monarquía británica a convertirse en un “inmenso orgullo” para su padre. El hijo menor de Carlos de Inglaterra, cuyas fotos desnudo en Las Vegas se filtraron a la prensa el mes pasado, ha regresado a Afganistán como piloto de helicópteros de combate para luchar durante cuatro meses contra los talibanes.
El nieto de la reina Isabel II, que cumplirá 28 años la próxima semana, llegó anoche a Camp Bastion, el campamento en suelo afgano donde opera el mayor número de soldados británicos, en la provincia sureña de Helmand, tras volar desde el campo militar de Brize Norton, en el condado inglés de Oxfordshire. El príncipe Enrique, tercero en la sucesión al trono británico, participará en misiones de combate contra los talibanes y será el primer miembro de la familia real británica que desempeña un papel activo en este tipo de misiones desde que lo hiciera su tío, el príncipe Andrés, en la guerra de las Malvinas.
El pasado 9 de febrero, el príncipe obtuvo el título de piloto del sofisticado helicóptero militar Apache, tras 18 meses de rigurosa formación tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos.
Un portavoz del palacio de St James ha señalado que Carlos de Inglaterra está “inmensamente orgulloso” de su hijo. “Ha afrontado el despliegue con las mismas emociones que cualquier otro soldado y siente tanto orgullo como una sensación de anticipación pues desempeñará un trabajo para el que ha sido entrenado”.