Cada año los barcos balleneros cruzan las aguas para cazar a los grandes cetáceos con arpones explosivos en las aguas antárticas, a donde las ballenas llegan para alimentar a sus crías y las que muchas veces también son muertas...
El Congreso nacional chileno aprobó declarar santuario de ballenas los 5,3 millones de kilómetros cuadrados de aguas jurisdiccionales chilenas, en las que no se podrá cazar los grandes cetáceos, informó el jueves el Centro de Conservación Cetácea (CCC).
Como la legislación local no contempla la existencia de santuario ballenero, se optó por declarar las aguas jurisdiccionales como libres de caza comercial y científica, y al cetáceo como monumento natural, lo que convierte las aguas chilenas del Pacífico en un virtual santuario.
Se informó que la ley irá acompañada de un marco legal que establecerá sanciones penales para quienes dañen a los cetáceos y regulará incluso el acercamiento a las ballenas, para no perturbarlas.
En el mundo existen dos santuarios balleneros, el Austral en aguas antárticas y el del Océano Indico, al que se agregará el chileno.
Se considera este el legado ambiental más importante para las generaciones futuras y base para construir nuevos acuerdos para la conservación de nuestra biodiversidad.
Se considera este el primer hito histórico del siglo XXI en materia de conservación de las especies y sus ecosistemas y demuestra que la participación informada de la ciudadanía organizada logran generar cambios en la dirección de una nueva relación con la naturaleza...
En Chiloé y el Golfo del Corcovado, en el extremo sur, se ha vuelto a ver a la ballena azul, el animal más grande de la tierra, y desde las costas chilenas se han avistado 43 tipos de cetáceos, poco más del 50% de todas las especies del mundo.
Antes de la aprobación del santuario en aguas chilenas, las ballenas sólo estaban protegidas por una veda temporal hasta el 2025.
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