sábado, 27 de septiembre de 2008

El náufrago.

Creo que este espacio es el único espacio que considero absolutamente mío, y estoy completamente segura que a el no llegará nadie...y de alguna forma eso me complace.
Recuerdo que hace muchos años soñé que estaba en una calle del Puerto de San Antonio y que esa calle y todas las calles cercanas estaban absolutamente vacías, no había allí ninguna persona...era un sueño un poco surrealista porque recuerdo que lo único que había allí de color, eran unos calcetines listados, con listas rojas y grises. Me miraba los pies y pensaba ¿qué hacen esos calcetines en mis pies y yo sin zapatos? Y pensé que quería quitármelos y lo hacía, pero los calcetines volvían a aparecer en mis pies y yo volvía a quitármelos. Un largo reguero de calcetines listados quedó en esa calle.
¿Pero que tiene que ver ese sueño con un naúfrago? Creo que nada..tal vez quizás que relacioné la calle sin gente con una película que vi hace algún tiempo y que se llamaba El Náufrago. Un hombre sufre un accidente en una pequeño avión y mueren todos sus acompañantes y él se salva y llega a una lista donde permanece algunos años, absolutamente sólo. Ni siquiera fue como Robinson Crusoe que encontró a un indígena en su isla, este hombre nunca encontró a nadie, al final dibujó en una pelota de béisbol que llegó a la isla la cara de una persona y conversaba con el objeto como si fuera un amigo. Creo que la película es extraordinaria. Y me puse a pensar ¿cómo será ser un naúfrago en una isla como esa? Y después pensé, yo me siento a veces como un naufrago en medio de la ciudad, entre cuatro paredes y es como si no existiese ninguna persona. Contemplo las paredes de mi habitación y este cuarto se transforma en mi isla. ¿Como puede uno sobrevivir en una isla solitaria? Debo sobrevivir...echando mano a todos los objetos que aquí existen arrastrados por las aguas de la vida. Miro a mi alrededor: hay un televisor y es con colores...un computador, impresora y escáner...tengo una cama...no tengo que dormir en una caverna oscura y fría; mi pieza es cálida y siento que mi corazón se llena de alegría y doy gracias por estar aquí. Además tengo una bandeja con cosas para comer: te, galletas de agua, miel de abejas y chocolates. ¡Cuánto me encantan los chocolates! Mascar un chocolate con almendras es un placer...sentirlo en mi lengua es una delicia. Creo que ser un naúfrago con dos chocolates de Sahne Nuss es una gran suerte. Creo que son suficientes expresiones por hoy. Me doy las buenas noches a mi misma y puedo reir ante lo absurdo.

2 comentarios:

Paz dijo...

Creo que todos somos un poco naufragos y la isla es nuestro cuerpo.
Pero cuando dices que tu corazón se llena de alegría y das gracias por estar aquí....pones color en la soledad. Quiza sea listada como los calcetines de color rojo y gris, que para que se vean imprescindible no tener zapatos...que aprisionen libertades...
Buenas noches....

Patric dijo...

Querida Paz, creo que has dado una muy buena interpretación a mi sueño adolescente...la búsqueda de la libertad ...y del amor al mismo tiempo pienso yo hoy día.