"La libertad de expresión es una de las más representativas y características libertades de los sistemas democráticos, y consiste en el derecho del individuo a exponer sus pensamientos y opiniones por medio de la palabra, por escrito o cualquier otro medio de reproducción, sin cortapisas, instrucciones, consignas, autorizaciones previas o censura por parte de la autoridad. Es una consecuencia de las libertades de pensamiento y de opinión, pero, así como éstas constituyen un derecho absoluto y sin límites (cada uno es libre de pensar u opinar de una determinada manera), la libertad de expresión implica exteriorizar lo que se piensa u opina, y por ello tiene límites que la propia ley establece.
Tales límites son los derechos de los demás a ser respetados en su honor, intimidad y fama.
De esta forma, la libertad de expresión no puede permitir la divulgación incontrolada de expresiones vejatorias, o que supongan una intromisión ilegítima en la intimidad de las personas, como asimismo tampoco la difusión de ideas que constituyan apología del terrorismo, o que supongan una agresión contra la infancia o las personas en general.
La libertad de expresión guarda estrecha relación con la libertad de enseñanza (derecho a enseñar y a aprender sin imposiciones estatales), la libertad de cátedra (derecho del maestro o profesor a exponer los conocimientos sin interferencias estatales ni sujeción a doctrinas más o menos oficiales) y la libertad de información (derecho a recibir y difundir información libremente y por cualquier medio, sin censura previa ni instrucciones)".
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