Estaba previsto que la monarca hablara en 1983 sobre el conflicto que se estaba formando a los dos lados del Telón de Acero
Reino Unido ha hecho publico, gracias al Archivo Nacional, el discurso que Isabel II habría leído a la nación en caso de que se hubiese producido un conflicto nuclear debido a las tensas relaciones entre la Unión Soviética y occidente durante la Guerra Fría. Este hallazgo se produce tras producirse el inicio de la desclasificación de información oficial después de más de 30 años.
Redactado hace tres décadas por las autoridades británicas, la monarca llamaba a este conflicto una «locura de guerra» y pedía a sus conciudadanos que se mantuvieran unidos y firmes ante los sucesos que estaban por llegar. Este mensaje formaba parte de un ejercicio secreto que tenía como finalidad preparar al Reino Unido ante la amenaza de una posible III Guerra Mundial.
«Los horrores de la guerra no nos podrían parecer más remotos cuando mi familia y yo compartíamos nuestra alegría navideña con la creciente familia de la Commonwealth». Así tenía que empezar la reina Isabel II su discurso tranquilizador ante la inminente guerra. Las palabras de la monarca tenían que haber sido retransmitidas en 1983, un año en el que las relaciones entre los dos lados del bloque empeoraban y después de que Ronald Reagan, en ese momento presidente de Estados Unidos, describiera la URSS como un «imperio malvado».
Continúa diciendo, «ahora, esta locura de guerra está, una vez más, propagándose a través del mundo, y nuestro valiente país debe prepararse de nuevo a sí mismo para sobrevivir ante grandes dificultades»; a lo que añade «todavía no he olvidado la tristeza y el orgullo que sentía mientras mi hermana y yo escuchábamos, acurrucadas alrededor de la radio de la guardería, las inspiradoras palabras de mi padre, el rey Jorge VI, en aquel fatídico día de 1939, cuando daba comienzo la II Guerra Mundial. Ni por un solo momento podía imaginar que ese solemne y terrible deber recaería algún día sobre mí»
Además, Isabel II tenía que hacer mención a su primo segundo, el príncipe Andrés, que en esos momentos se encontraba sirviendo en la Marina Real.
En los papeles publicados se revela que Margaret Thatcher, por entonces la ministra del Reino Unido, había rechazado la idea de contratar al actual secretario de Asuntos Exteriores, William Hague, que entonces tenía 21 años, como asesor de la Tesorería.
Thatcher escribía la rotunda palabra «no», subrayada tres veces antes de añadir que era «un truco», y que muchos otros con experiencia en finanzas estarían muy resentidos con esa decisión.
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